La plataforma ciudadana que defiende el #Noalrascacielos en el Puerto de Málaga presentó el día 4 de marzo, a los pies de la Farola, la campaña de microfinanciación "Recurso contra el Rascacielos en el Puerto de Málaga" para impugnar la modificación del planeamiento que facilitaría su construcción, aprobada en el Pleno del Ayuntamiento el pasado mes de noviembre.
El colectivo Defendamos Nuestro Horizonte busca paralizar la construcción del rascacielos de 150 metros de altura y seguir manteniendo encendida la Farola de Málaga, declarada BIC en 2023. Para ello, se han organizado a través de la plataforma de crowdfunding Goteo para recaudar los fondos destinados a presentar un recurso contencioso-administrativo contra un proyecto que tendrá un impacto irreversible. La campaña está disponible en www.goteo.cc/rascacielos y ofrece la posibilidad de que toda la ciudadanía se implique en la defensa del futuro de la ciudad. Las recompensas de esta campaña ahondan en la identidad malagueña y se han diseñado en colaboración con empresas y creadores locales. El apoyo de la ciudadanía ha sido el esperado, dada la manifestación de apoyos y simpatizantes del colectivo, y sólo en el primer día superaron el 10% del total de la campaña.
Carmen Molina Cañadas
Hace 9 meses
El caso que desde nuestro colectivo denunciamos, -y por el que nos decidimos a presentar el contencioso-administrativo con la ayuda de esta campaña de microfinanciación-, tiene que ver con el papel que están jugando los responsables municipales en la gestión de los bienes comunes y del interés público.
Un equipo de gobierno, en cualquier ayuntamiento, dirige y administra la ciudad en base a un programa con el que adquirió un compromiso con la ciudadanía. Sabemos cuál es el modelo PP. Es el que están imponiendo en Málaga. Un modelo neoliberal, en el que creen. Sin diálogo ni debate públicos van imponiéndolo. Acelerando plazos, cuando pueden. Con el gobierno de la Junta a su favor, se han modificado desarrollos de leyes, -decretos mediante-, que acortan plazos y reducen controles administrativos. Y todo, obviando el interés común de la ciudadanía y favoreciendo la usurpación de espacios públicos para beneficio privado.
La planificación urbanística debería orientarse hacia una idea del futuro que se quiere para la ciudad. Y eso requiere legitimación colectiva, cosa que no tiene este proyecto, que modificaría irreversiblemente la fisonomía de nuestra ciudad. El futuro que presagia la construcción de este rascacielos, fruto de la especulación con suelo público portuario, sin transparencia, sin buscar el interés común y escamoteando el debate público necesario, no es una planificación acertada, por no consensuada con los que "vivimos, sufrimos y disfrutamos la ciudad".