“Tweener” es un cortometraje universitario que cuenta la historia de Max, una joven promesa del squash. Tras perder a su entrenador —una figura casi paternal para él—, Max se ve inmerso en un entorno nuevo, mucho más hostil y competitivo de lo que jamás habría imaginado. La pérdida temprana de su entrenador deja un vacío profundo en él, un vacío que su nuevo entrenador, Esteban, pronto detecta y trata de aprovechar en su propio beneficio.
Así, Max se enfrenta pronto a una decisión: intentar conservar su pasión por el squash o sacrificarla con tal de convertirse en el mejor, cueste lo que cueste. ¿Defenderá su integridad o cederá ante la presión externa y la necesidad de agradar? ¿Honrará la memoria de su antiguo entrenador o buscará reemplazarlo con cualquiera, con tal de no enfrentarse al luto?
La historia transcurre a lo largo de unos pocos días y gira en torno a un campeonato junior de squash. Ganarlo representa, para todos los personajes, no solo una oportunidad para demostrar que son los mejores, sino, por encima de todo, una ocasión para demostrarle a Esteban quién es realmente el mejor.
Descripción del proyecto. Características, fortalezas y diferenciales.
“Tweener” es un drama deportivo que trata sobre la presión, el duelo, la necesidad de complacer... pero por encima de todo, sobre el squash. Aunque todos estos temas puedan sonar, a primera vista, familiares o incluso superficiales, creemos que la mayor virtud de este cortometraje —en cuanto al tratamiento de estos temas— es su originalidad.
Porque, sinceramente, muy poca gente conoce el squash como deporte, y nosotros creemos que eso es más una ventaja que un inconveniente para el proyecto. Nos da la oportunidad de presentar un deporte con una mirada completamente nueva, desde una perspectiva fresca, a un público que apenas lo conoce. Podemos invitar al espectador a un mundo totalmente nuevo, donde se desarrollan estrategias dignas del ajedrez en cuestión de segundos, dentro de la mente de los jugadores. Donde es necesaria una constante lectura del oponente al nivel del boxeo.
Al mismo tiempo, eso nos otorga una gran responsabilidad, y somos plenamente conscientes de ello. Aunque la historia se centra principalmente en el squash catalán, con este cortometraje queremos rendir un homenaje global al squash. Una carta de amor que, aunque solo sea a nivel local o individual, pueda aportar algo al renacimiento de este deporte. Queremos crear un cortometraje que, al verlo, haga que alguien se levante de repente, coja una pelota de goma y una raqueta de squash.
Todo esto lo queremos contar a través de los ojos de Max, cuya vida entera gira exclusivamente en torno al squash.
Motivación y a quién va dirigido el proyecto
Este cortometraje está dirigido, en primer lugar, naturalmente, a los jugadores de squash y a quienes sienten interés por este deporte. Para que sepan que hay otras personas que lo viven con la misma pasión. Para mostrar la esencia de un deporte que en su día fue popular, pero que ahora se ha convertido en algo de nicho.
Además, queremos aprovechar una oportunidad histórica: en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, el squash será, por primera vez, una disciplina oficial. Por eso, queremos adelantarnos a ese renacimiento del squash y contribuir, aunque sea modestamente, a su difusión y reconocimiento antes de 2028.
Pero más allá de eso, el tema principal es, sin duda, el perfeccionismo tóxico. Queremos hablar de cómo esa necesidad de ser el mejor influye en la percepción que tienes de ti mismo. Queremos hablar de dónde está esa línea roja que, una vez cruzada, ya no te permite decir que...
cueste lo que cueste.
Experiencia previa y equipo
Todo el equipo está compuesto por estudiantes de cine y otras disciplinas similares, cuya experiencia previa se compone de prácticas audiovisuales pensadas para aprender del oficio y encontrar su punto de vista autoral. Por ello, y al ser un proyecto sin ánimo de lucro, Tweener estará hecho con la pasión y motivación de un equipo de jóvenes que no tienen nada más que ganar a parte de experiencia y buenas amistades.